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¿Un ca­tó­li­co sol­te­ro? | Comentarios (pág.2)

Más co­men­ta­rios

Enrique(25-04-2022)
El pro­ble­ma es que a día de hoy es im­po­si­ble en­con­trar un cón­yu­ge ca­tó­li­co en con­di­cio­nes, so­bre todo para los hom­bres: el sexo pre­ma­tri­mo­nial no se con­si­de­ra in­mo­ral ya y, por tan­to, por mu­cho que quie­ra uno está con­de­na­do a la sol­te­ría y con de­re­cho a ocu­par­se de sus asun­tos. Lo de San Pablo era an­ti­gua­men­te, y como mu­cho has­ta la épo­ca de mis pa­dres pero hoy…
Buenos días Enrique. Todo es sa­ber dón­de bus­car. En la ma­yo­ría de gru­pos ca­tó­li­cos de lai­cos se­rios -y de al­can­ce in­ter­na­cio­nal- se pue­den en­con­trar per­so­nas que com­par­ten tu Fe y tus va­lo­res. Por su­pues­to, tam­bién en es­tos te­mas. ¡Ánimo!
Antonio(25-08-2021)
Todos te­ne­mos una vo­ca­ción, hay que es­pe­rar el tiem­po… No es te­ner una pro­fe­sión de vida, la vo­ca­ción es ser re­li­gio­so, sa­cer­do­te, mon­je, fa­mi­lia o vida con­sa­gra­da a Dios (en ayu­da en tu pa­rro­quia, por ejem­plo) Para mí se que fue la vo­lun­tad de Dios… la vo­ca­ción de for­mar una fa­mi­lia ca­sán­do­me. ¡Feliz me sien­to!
Nos ale­gra­mos de ello. Santa Teresa de Lisieux lo re­su­mía así: Mi vo­ca­ción es el amor. Amor ex­pre­sa­do de for­mas di­fe­ren­tes, se­gún cada uno. La paz.
Harold(09-08-2021)
Afirmar que ser sol­te­ro es vi­vir para uno es un error. Hay gen­te que se de­di­ca al ser­vi­cio a los de­más sien­do sol­te­ros, pues el que pre­ten­da guar­dar su vida, la per­de­rá; y el que la pier­da, la re­co­bra­rá (Lucas 17, 33). En esta cita cla­ra­men­te se in­ter­pre­ta in­co­rrec­ta­men­te, ya que ya sea un sa­cer­do­te, re­li­gio­sa, o lai­co de­di­ca­do a una obra so­cial es­tán per­dien­do su vida por amor a Dios. Por eso unos se ha­cen cé­li­bes por el Reino de Dios.
Buenos días. Me pa­re­ce que es­ta­mos de acuer­do. Aquí nom­bra­mos a lo que us­ted se re­fie­re (soltero de­di­ca­do a Dios) como cé­li­be y lla­ma­mos sol­te­ro (sin más) a la per­so­na que se de­di­ca a vi­vir su vida a su aire de­ja­do de lado a Dios y a los de­más (en el sen­ti­do cris­tiano, na­die deja de lado a los de­más del todo). De he­cho, de­ci­mos en el ar­tícu­lo, con­fir­man­do su for­ma de ver­lo: Sin em­bar­go, hay per­so­nas a las que Dios lla­ma a mos­trar su amor con to­dos los hom­bres de una for­ma mu­cho más di­rec­ta. Y lo hace a tra­vés del sa­cer­do­cio o la vir­gi­ni­dad con­sa­gra­da a Dios: sa­cer­do­tes, mon­jes, mon­jas, vír­ge­nes con­sa­gra­das, cé­li­bes, etc. Estos vi­ven el ce­li­ba­to mien­tras ha­cen pre­sen­te a Dios y a su amor de for­ma fí­si­ca en la so­cie­dad ac­tual. Y esto es lo que vi­vió San Pablo, que de­cía: Deseo que to­dos los hom­bres fue­ran como yo mis­mo. Pero cada cual tie­ne su pro­pio don de Dios, unos de un modo y otros de otro (1 Corintios 7, 7b). Gracias por su co­men­ta­rio, que es­pe­ra­mos acla­ren esta duda a fu­tu­ros lec­to­res.
Eliana Marin(24-04-2021)
¡Me en­can­to este ar­tícu­lo, mu­chas gra­cias!
Nos ale­gra­mos. ¡Dios la ben­di­ga! ¡No ol­vi­de com­par­tir!