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3.1 Mensaje a los aburridos

Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
- Salmo 51, 14

Mensaje a los aburridos Realmente el aburrimiento puede llegar a ser toda una odisea: horas de zapping televisivo o en la cama escuchando música, tardes interminables, cansancio, tristeza, etc. Y cuando esto se hace continuo y se transforma en apatía, se te va el sabor de la vida, la alegría y las ganas de vivir. Total... ¿Para qué? Si todo es siempre lo mismo, si todo da igual, si nada de lo que hago sirve para nada y, además, ni siquiera tengo ganas de hacer nada... ¿Sabes una cosa? ¡Estás viviendo en el infierno! Lo cual significa simplemente una cosa: te has apartado de Dios, de su amor y de su alegría. Quizás sin darte cuenta y muy poco a poco, pero lo has hecho. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada (1 Corintios 13, 2). Es decir... ¡La alegría que te falta es el amor de Dios!

¡Recupera ese amor! Vuelve a Dios. Él te espera para colmarte de alegría. Así pues, deshazte de la pereza y fija tu nuevo objetivo: la santidad. ¿Cómo? Reza, emplea las armas de la luz, aprende la sabiduría de la Iglesia, anuncia el Evangelio, vive para los demás, etc. ¡Regala tu tiempo a Dios! De esta forma, Dios verá cómo te interesas por Él y se hará el encontradizo contigo. Y no olvides que vivir para los demás es también vivir para Dios. Por tanto, mientras tenemos ocasión, hagamos el bien a todos, especialmente a la familia de la fe (Gálatas 6, 10). Esto puede parecer difícil y, sin duda, al principio lo es; pero con un poco de determinación y mucha oración se puede crear un hábito saludable. De esa forma, lo que al principio es difícil se vuelve fácil. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera (Mateo 11, 30). Y no dudes que, si realmente quieres, Dios te va a ayudar, pues todo lo puedo en aquel que me conforta (Filipenses 4, 13). Por eso, no lo dudes: vete y haz el bien. Sé santo en tu vida diaria y transmite a todos el amor de Dios. Pues ciertamente... ¡Dios te ama con locura!

Comentarios

Carlos de León Molina(25-01-2022)
Está claro que si nos separamos de Dios nuestra vida será un infierno. Por eso, ocupar nuestro tiempo en reconocer el Amor de Dios lo hace todo más fácil. Aprovechemos el tiempo en ver por los demás y ayudar a muchos que necesitan de nuestro consuelo. Gracias por estas reflexiones, que nos hacen ser seres más humanos y sensibles a los problemas de los demás.
Busquemos siempre el amor de Dios en nuestra vida concreta. En nuestra realidad concreta. ¡Dios está ahí!
Eduardo(13-04-2021)
Muchas gracias, este curso me ha ayudado mucho, en mi vida personal y me aclaró muchas dudas de mi religion
Nos alegramos de ello. Dios le bendiga. La paz.
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